sábado, 12 de noviembre de 2011

¿Qué debemos tener en cuenta para la elección de un buen calzado?


A la hora de escoger unos zapatos, los principales criterios que se toman suelen ser la estética, el color y el precio. Parece paradójico que en la elección de la compra influyan más nuestros ojos que nuestros pies.       No obstante conviene tener en cuenta una serie de consejos :
  1. El volumen del pie varía con el ejercicio. Es preferible comprar un par de zapatos después de un día de actividad.
  2. Deben de probarse los zapatos de pie y no sentado, ya que, al estar de pie, y sostener el peso del cuerpo, el pie se aplana y se alarga.
  3. Los zapatos deben ser de la talla justa. Muy pequeños dificultan la circulación sanguínea, comprimiendo los músculos y dando lugar a durezas y callosidades. Si quedan grandes producen rozaduras y ampollas.
  4. Recordar que la vieja frase de “Tienen que dar un poco de sí” da a entender que es el pie el que tiene que adaptarse al calzado, cuando debe ser al contrario.
  5. El zapato ideal debe reunir una serie de características como son:
  • El antepie no debe ser de punta muy estrecha.
  • El contrafuerte debe sujetar, pero no oprimir.
  • El tacón no debe ser muy alto ( no más de 4 cm.).
  • El material no debe ser ni muy rígido ni muy flexible. Debe ser transpirable pero resistente.
  • Utilizar el zapato adecuado según la actividad que se realice.

                   CALZADO ADECUADO
CALZADO INADECUADO

Recordatorio anatómico.

El pie contiene 26 huesos (28 si incluimos los dos huesos sesamoideos), que están divididos en tres secciones: pie delantero, pie medio y pie trasero.  
El pie delantero está compuesto por 5 metatarsos y 14 falanges. Los metatarsos forman un puente entre el pie medio y los dedos, y se extienden cuando el pie soporta peso. Cada uno de los huesos tiene una parte redondeada llamada cabeza metatarsal, que forman la planta del pie y soporta el peso del cuerpo.
Las falanges son los huesos de los dedos.  
El pie medio está compuesto por 5 de los 7 tarsos. Los tarsos del pie medio son el cuboides, el escafoides y 3 cuñas cuneiformes.

Huesos del pie

El pie trasero está compuesto por los otros dos tarsos: el calcáneo y el astrágalo. 
El astrágalo, o hueso del tobillo, está conectado con los dos huesos largos de la pierna inferior formando la articulación que permite al pie moverse hacia arriba y hacia abajo.
Una red de músculos, tendones y ligamentos mueven, soportan y mantienen en posición a los huesos del pie.  
Los músculos tienen varias funciones importantes. Mueven los pies, levantan los dedos, estabilizan los dedos en el suelo, controlan los movimientos del tobillo y soportan el arco.
Los tendones conectan los músculos con los huesos y las articulaciones. El más grande es el tendón de Aquiles, que se extiende desde el músculo de la pantorrilla hasta el talón y permite correr, saltar, subir escaleras y ponerse de puntillas. 
Los ligamentos mantienen los tendones en su lugar y estabilizan las articulaciones. El ligamento más largo del pie es la fascia plantar, que forma el arco entre el talón y los dedos y permite mantener el equilibrio y caminar.

¿Qué es la podología?




 La Podología es la Ciencia que tiene como objetivo el estudio y tratamiento de las distintas afecciones del pie mediante las técnicas propias de su profesión., sin rebasar los límites de la cirugía menor. Esta definición se establece el la Ley española 44/2003 de 21 de noviembre, de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (B.O.E. num 280 de 22 de noviembre de 2003). Anteriormente el Decreto 727/1962 definió por primera vez al podólogo con total facultad para tratar a los pacientes por sí solo las patologías del pie. Reconociendo y reglamentando la Especialidad de Podología para los Practicantes y Ayudantes Técnicos Sanitarios.

Diferentes ramas

Dentro de la Podología podemos encontrar distintas áreas para dar atención a todas las patologías del pie. La quiropodología se encarga de tratar las afecciones de piel y uñas. El apartado de biomecánica hace un estudio global del cuerpo y específico del pie para diagnosticar y pautar tratamiento para los trastornos biomecánicos y las lesiones que estos provocan. La ortopodología confecciona tratamientos ortopédicos, ortésicos y ortesiológicos como férulas, siliconas y plantillas a medida. La cirugía menor se encarga de resolver los problemas donde los tratamientos conservadores han fracasado mediante intervenciones que no requieren de ingreso hospitalario ni anestesia general.